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RECUERDOS DE PEDRO ABREU

RECUERDOS DE PEDRO ABREU

Revista Remo, Revista oficial de la Federación Española de Remo
núm.98, junio 2010

Pedro Nolasco Abreu Amilibia, son apellidos que, con solo oírlos, nos identifica con el remo. Abreu, por parte de padre, un apellido que nos remonta a los años setenta del pasado siglo cuando en Banyoles, un personaje totalmente desconocido hasta entonces, Pedro Nolasco Abreu Almagro, amante del esquí náutico y la natación, le dio por invertir en un deporte, el remo, que todo sea dicho de paso, no es que pasara por sus mejores momentos. Y Amilibia, por parte de Goretti, su madre, un apellido que nos recuerda a una familia de remeros e industriales de la población de Orio.

Llevar sobre las espaldas estos apellidos, realmente pesa. Pero Pedro, un amante del tenis y del fútbol, es una persona sencilla y alegre, que se toma con muy buen humor todas las muestras de cariño que los viejos pupilos de su padre le demuestran siempre que se encuentran con él. Y esto es lo que ocurrió el fin de semana del 15 y 16 de mayo en Banyoles, con motivo de la celebración de la Regata Pedro Abreu que este año llegaba a su sexta edición.

Y aprovechando su desplazamiento a la ciudad del lago para presenciar las regatas, no pudimos dejar de charlar con él, para que nos contara un poco la visión que tiene de su padre, y de los recuerdos y confidencias que a lo largo de los años le hizo.

Nacido en Ginebra en 1984, donde sus padres se habían instalado definitivamente en 1981, se trasladó a Inglaterra a los 19 años, donde actualmente vive, para estudiar Relaciones Internacionales. Pero de sus años en Suiza, al lado de su padre, recuerda largas conversaciones, en donde le contaba los años pasados en España, al lado de la que el consideraba su segunda familia: los remeros, con los que a veces se discutía, pero a los que les encantaba ayudar, tanto deportiva como emocionalmente, y esto recuerda que es lo mismo que le dicen algunos veteranos cuando, hablando de su padre, le dicen que les ayudó a ser buenos deportistas pero también les ayudó a hacerse hombres. Pero esto no fue suficiente motivo para que el hijo sintiera una especial afición por nuestro deporte y se dedicó de lleno al tenis. Y su padre, que ya había dejado de lado el remo, se volcó de lleno en ayudarle en ello compartiendo de este modo, padre e hijo una nueva afición y pasando largas jornadas televisivas, viendo a su ídolo preferido: Pete Sampras.

Todo y que, como hemos dicho, su contacto con el remo es prácticamente nulo, a excepción de algunos paseos en la Ría de Orio en 2x, las tardes de verano junto con su tío Joaquín Amilibia, sí reconoce que siente un gran cariño por él y sus deportistas.

Y es que, según sigue contando, Pedro Abreu, el padre, venía de una familia acostumbrada a hacer grandes obras de caridad, allá en su Cuba natal y lo llevaba en la sangre, por eso no nos debe de extrañar que una vez llegado a España, en cuando vio una posibilidad de ayudar se volcara de lleno en ello, y es por ese motivo que le gustaría que recordaran a su padre como una persona a la que le gustaba ayudar a todo el mundo fuera como fuera. Una cosa, que hoy por hoy está seguro que así es, y lo demuestran las grandes muestras de afecto que le prodigan tanto a él como a su hermana cada vez que vienen a Banyoles, una ciudad que conoció por vez primera el año 2004, con motivo del Mundial Absoluto de Remo, y a la que vuelve siempre que es necesario.

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